Transcurridas las primeras décadas de ocupación española y como consecuencia del maltrato y de las enfermedades europeas, la mayoría de los pueblos indígenas fueron casi desaparecidos por completo. La necesidad, que es maestra y despertadora, obligó a los españoles a trabajar y romper la tierra para labrarla, de lo cual no estaban acostumbrados los nacidos en el viejo continente.
La etnia Emberá, que significa en su lenguaje "buen amigo", es la más representativa en Antioquia. Su economía se concentra en la horticultura, donde se practica la tumba y el pudre, que significa que no hay quema, sino que se deja descomponer lo tumbado para luego renovar en la siembra lo nuevo.
Conservan gran parte de sus tradiciones, especialmente la historia oral y sus rituales, como son la pintura corporal y la elaboración de artesanías.