La Plaza Mayor se transformó en el Parque de Berrío, en homenaje a Pedro Justo Berrío, líder en la modernización de Antioquia. Esta renovación implicó el traslado del mercado semanal, ya que se consideraba inadecuado y perturbador para las actividades religiosas.
La élite de Medellín promovió reformas del espacio público, rechazando la presencia de vivanderos y chicherías en el principal punto de encuentro urbano. En su lugar, se fomentó la creación de jardines, para mejorar la higiene, el ornato y la imagen de la ciudad.
El Parque Bolívar se convirtió en el epicentro de la vida social, albergando tertulias, eventos culturales y presentaciones musicales. A su alrededor, se construyeron casas de familias adineradas, reflejando la importancia del lugar. Además, en su entorno se encontraba la icónica Calle Junín, reconocida como la principal pasarela social por décadas.